domingo, 14 de abril de 2013

Homenaje a los zapatos planos


Oda a la sencillez

(Pablo Neruda)

Sencillez, te pregunto:  
me acompañaste siempre?  
O te vuelvo a encontrar  
en mi silla, sentada?  
Ahora  
no quieren aceptarme  
contigo,  
me miran de reojo,  
se preguntan quién es  
la pelirroja. 

El mundo,   
mientras nos encontrábamos  
y nos reconocíamos,  
se llenaba de tontos  
tenebrosos,  
de hijos de fruta tan repletos  
de palabras  
como los diccionarios,  
tan llenos de viento  
como una tripa que nos quiere hacer  
una mala jugada  
y ahora que llegamos  
después de tantos viajes  
desentonamos  
en la poesía. 

Sencillez, qué terrible lo que nos pasa:  
no quieren recibirnos  
en los salones,  
los cafés están llenos  
de los más exquisitos  
pederastas,  
y tú y yo nos miramos,  
no nos quieren.  
Entonces  
nos vamos  
a la arena,  
a los bosques,  
de noche  
la oscuridad es nueva,  
arden recién lavadas  
las estrellas, el cielo  
es un campo de trébol  
turgente, sacudido  
por su sangre  
sombría.  
En la mañana  
vamos  
a la panadería,  
tibio está el pan como un seno,  
huele  
el mundo a esta frescura  
de pan recién salido.  
Romero, Ruiz, Nemesio,  
Rojas, Manuel, Antonio,  
panaderos.  
Qué parecidos son  
el pan y el panadero,  
qué sencilla es la tierra  
en la mañana,  
más tarde es más sencilla,  
y en la noche  
es transparente. 

Por eso  
busco  
nombres  
entre la hierba.  
¿Cómo te llamas?  
le pregunto  
a una corola  
que de pronto  
pegada al suelo entre las piedras pobres  
ardió como un relámpago. 

Y así, sencillez, vamos  
conociendo  
los escondidos seres, el secreto  
valor de otros metales,  
mirando la hermosura de las hojas,  
conversando con hombres y mujeres  
que por sólo ser eso  
son insignes,  
y de todo,  
de todos,  
sencillez, me enamoras. 

Me voy contigo,  
me entrego a tu torrente  
de agua clara.  
Y protestan entonces:  
Quién es esa  
que anda con el poeta?  
Por cierto  
que no queremos nada  
con esa provinciana.  
Pero si es aire, es ella  
el cielo que respiro.  
Yo no la conocía o recordaba.  
Si me vieron  
antes  
andar con misteriosas  
odaliscas,  
fueron sólo deslices  
tenebrosos.  
Ahora,  
amor mío,  
agua,  
ternura,  
luz luminosa o sombra  
transparente,  
sencillez,  
vas conmigo ayudándome a nacer,  
enseñándome  
otra vez a cantar,  
verdad, virtud, vertiente,  
victoria cristalina.

(en Odas Elementales)


El ala de la alondra aureolada de azul de oro llega al corazón de una amapola adormilada sobre el prado engalanado de diamantes (Joan Miró, 1967)



Domingo



Recomendado

Homenagem a meu caro amigo Alfredo Brant e seu novo trabalho "Recommended by Lonely People".


"What is necessary, after all, is only this: solitude, vast inner solitude. To walk inside yourself and meet no one for hours — that is what you must be able to attain. To be solitary as you were when you were a child, when the grown-ups walked around involved with matters that seemed large and important because they looked so busy and because you didn’t understand a thing about what they were doing. And when you realize that their activities are shabby, that their vocations are petrified and no longer connected with life, why not then continue to look upon it all as a child would, as if you were looking at something unfamiliar, out of the depths of your own solitude, which is itself work and status and vocation? Why should you want to give up a child’s wise not-understanding in exchange for defensiveness and scorn, since not-understanding is, after all, a way of being alone, whereas defensiveness and scorn are participation in precisely what, by these means, you want to separate yourself from." (Letters to a Young Poet, Rainer Maria Rilke)


Psiquê e Cupido

Psiquê e Cupido (Antonio Canova, 1787-1793, Mármore, Museu do Louvre)